domingo, 8 de febrero de 2009

"De" apellidos ilustres


Muchos visitantes que me escriben pidiendo ayuda, llegan a mi web en busca de información sobre el origen de sus apellidos, sus primeros lugares de aparición, los primeros caballeros que lo portaron, los escudos de armas que utilizaban, aparte claro, de su genealogía.
En algunos casos, me preguntan por apellidos como "de la Vega", "de la Cruz". Yo les contesto con datos de "Vega", "Cruz". Y la contestacion no les gusta. Ellos no quieren saber nada de esos apellidos sin el "de" delante. Alguno, incluso, se siente ofendido por la contestación, recordandome que el apellido que él pedía llevaba la maldita preposición.
En muchos casos he visto genealogías en las que, el "de" parece y desaparece a capricho del Escribano de turno. Sería largo entrar a discutir sobre si solamente los apellidos toponimicos, o también los patronímicos anfibológicos, deberían llevarlo. Yo no me meto en esas disquisiciones. En mi caso, en mi base de datos, no pongo ninguna preposición por pura comodidad informática, que me ahorra problemas de indexación y búsqueda.
¿Como afecta a nuestra vida esa preposición? A lo mejor, alguno de esos visitantes del "de" están intentando buscar el dato histórico que corrobore su rancia nobleza. Alguno, me comenta, lo hace por intentar buscar un origen Judío a su apellido.

No sé qué pensar. Lo único que se me ocurre, es lo que ya pensó y escribió Horacio en sus Satiras: "Es tanta la vanidad humana, que hasta los oidos quedan alagados por una sencilla preposición"