miércoles, 21 de mayo de 2008

Ponencia de Basauri. Capitulo 6 y último


Estado actual

En la actualidad, Internet es otra cosa. Ahora sí que podemos encontrar recursos para completar nuestras investigaciones. Entre todos ellos me gustaría destacar:
www.familysearch.org
Página de la Iglesia De Jesucristo De Los Santos De Los Últimos Días. Contiene una inmensa base de datos, que crece día a día por medio del trabajo de recopilación de datos de los propios miembros de la Iglesia y las aportaciones de los visitantes de dicha página.

siga.ahdv-geah.org
siga.aheb-beha.org
mendezmende.org
Archivos Diocesanos Vascos

Los Archivos Diocesanos se encuentran sumergidos en el volcado de los datos de los libros sacramentales, para su consulta en la web. Es un proceso ambicioso en su concepto, que según el calendario establecido, debería terminar a lo largo de este año 2008.

www.justizia.net
Pagina de la Consejería de Justicia del Gobierno Vasco. Permite, entre otras informaciones, la petición de certificados de nacimiento, matrimonio y defunción a través de la red.

www.justicia.es
Pagina del Ministerio de Justicia de España. Permite la petición de certificados de nacimiento, matrimonio y defunción a través de la red.

www.irargi.org
Dentro del proyecto www.irargi.org tenemos la seccion Badator, en la que podemos realizar búsquedas en los diferentes Archivos municipales y provinciales, asi como en algún Archivo Nacional.

pares.mcu.es
Portal de búsqueda de datos en los diferentes Archivos Nacionales, dependientes del Ministerio de Cultura. En ellos podremos encontrar documentos digitalizados.

immigrants.byu.edu
Proyecto patrocinado por el Centro para la Historia Familiar y la Genealogía perteneciente a la Universidad Brigham Young. Utiliza registros de emigración de los países de origen para localizar el lugar de nacimiento de los inmigrantes, los cuales faltan de los registros de puertos y de los documentos de naturalización en los países de destino.

A esta pequeña muestra de lugares, a los que podemos recurrir para buscar nuevos datos o completar y verificar los que ya tenemos, podemos sumar la cantidad de paginas personales de aficionados que han investigado su apellido y lo han publicado en la red. De la misma forma, podemos reseñar una gran cantidad de foros de discusión y consulta de genealogía regional, en los cuales, siendo un poco critico, y sabiendo separar la paja del grano, podemos encontrar gente que realmente nos ayuda. También nos encontramos muchas asociaciones que se dedican a recopilar diferentes genealogías para su divulgación, bien directamente en la web, o en sus revistas y boletines.
Los tiempos cambian, como vemos. La globalización nos ha venido bien en este campo que nos ocupa. Pero debemos dar un giro a nuestra manera de pensar. Tenemos que ver Internet como un medio de comunicación. Y la comunicación es en ambos sentidos. Debemos cambiar nuestro concepto de Internet, como lugar para encontrar todo. Si en Internet encontramos algo será porque alguien se ha molestado en ponerlo allí. Aquí recuerdo las palabras de JFK que, con su permiso, adapto a nuestro tema: No te preguntes qué puedes obtener de Internet, pregúntate que puedes aportar tú a Internet.
Compartir los datos, ese es mi lema. Los datos no son de nadie, y sin embargo son de todos. Como dijo un día Bernard Shaw, permio Nobel de Literatura: Si tú tienes una manzana y yo tengo una manzana, y las intercambiamos, entonces tanto tú como yo seguiremos teniendo una manzana. Pero si tú tienes una idea y yo tengo otra, y las intercambiamos, entonces ambos tendremos dos ideas.

www.linajes.net Aquí están mis datos. Espero respuesta.

Ponencia de Basauri. Capitulo 5


De nuevo Internet

Una vez informatizada la inmensa mole de datos encontrados, surgen nuevos retos. Uno de ellos fue el de colocar dichos datos en Internet. En un primer momento pensé en la comodidad de tener los datos accesibles las 24 horas del día. Así la familia, y yo mismo, podría consultar los datos cuando y desde donde quisiera. Rápidamente me di de bruces con la realidad. El número de familiares con conexión a Internet era mínimo, casi nulo. Sin embargo, la idea ya la tenía en la cabeza, por lo que seguí en ello. Pensé en lo poco que encontré en la red, cuando empezaba con mi trabajo. Pensé que, aunque mis datos no eran muchos, podría ayudar a los que empezaban en este mundillo. Todo estaba decidido. Debía crear la una pagina web, con doble finalidad. Por un lado, publicar mis datos y, por el otro, echar una mano a los que la necesiten.
El primer atisbo de página de web me costó más de lo que pensaba, ya que hice absolutamente todo el trabajo, de diseño y programación. Así quedó. Sin embargo, me sorprendió el hecho de que en poco tiempo, comenzó a escribirme la gente pidiendo ayuda. En esos momentos recordaba mi frustración en mis primeros días por la red. Sentía un poco de solidaridad con toda esa gente que se encuentra perdida a la hora de buscar sus ancestros. Y no me atrevía a decir que no a cualquier petición que me realizaban. De esta forma, vi la necesidad de crear una sección de apellidos, en general, para que la gente encuentre, de una manera rápida, lo que buscaba. En realidad, la mayoría de la gente, que visitaba mi web, no buscaba ayuda para recavar datos genealógicos, sino solamente datos generales. La mayoría de ellos, solamente se conforma con el origen del apellido y su escudo. Mucho tiempo y energías gasté para hacer ver a mis visitantes que, esos datos generales, no tienen nada que ver con ellos. Vano intento. La mayor parte de la gente sólo quería un papel en el que ponga el origen de su apellido y un dibujito en forma de escudo. Da igual si era real o no.
He de reconocer que no todo el mundo se conforma con lo anteriormente comentado. Encontré gente muy estudiosa de su genealogía, de la que aprendí mucho. Hoy es el día que tengo una sección en mi web, en la que doy las gracias a todos los que me han ayudado desde el principio en mi andadura. De ese tipo de gente tengo un grato recuerdo, como Fernando Zurueta, que puso su granito de arena particular y Galo Gijón de Amirola, que me aportó muchos datos de apellidos compartidos. Y qué decir de Iñaki Odriozola que, de una manera totalmente desinteresada, se sumergió en mi genealogía para encontrar puntos de encuentro con la suya.

Ponencia de Basauri. Capitulo 4


La informática entra en acción

En un principio pensé en usar los típicos programas de base de datos u hoja de cálculo. Menos mal que, en breve espacio de tiempo, descubrí mi primer programa de genealogía. El CFT (Cumberland Family Tree) fue mi elección ya que era de los pocos que funcionaba en modo gráfico. Lo mejor de este programa era que analizaba los datos según se iban introduciendo. Esto lo hacía para buscar personas repetidas. Y sí que las encontró. Fue una sorpresa el encontrarme con datos repetidos, de personas que aparecían dos, tres o más veces en mi genealogía.
Puede parecer increíble que no me diera cuenta de esas diferentes apariciones. La línea materna de mi genealogía se desarrolla en unas pocas localidades. Esto conlleva una repetición de varios apellidos, que aparte de la repetición de nombres de pila hace difícil verificar todos los datos que se van encontrando. Por supuesto que algunas coincidencias ya las teníamos localizadas, pero la informatización de los datos aclaró todos los casos de repetición.
A lo largo del tiempo, fui cambiando los diferentes programas en los que almacenaba la información. Así puedo nombrar entre otros el FTM (Family Tree Maker), el GDS (General Documentation System) y por último el PAF (Personal Ancestor File). Cada uno de ellos tiene sus ventajas sobre el resto. Así el FTM es bueno para realizar gráficos, el GDS lo era para generar páginas web y el PAF para el almacenado de la información y generación de informes. Además, el PAF está creado por los inventores del formato GEDCOM (GEnealogy Data COMunication), el sistema de intercambio de datos entre los programas de genealogía.

Ponencia de Basauri. Capitulo 3


Comienza el trabajo de investigación

Siguiendo los mismos métodos que mi tío, es decir, hazlo tu mismo, comencé la investigación. La base de mi trabajo la basé en la fuente documental. Esto es, al menos tendría que visualizar un documento de cada dato que incorporaría a mi estudio. Esto que parece una cosa obvia no siempre lo cumplen los genealogistas. Ni los aficionados ni, preocupantemente, los profesionales.
Aprovechando que veía la fuente documental, intentaba en todo momento tener una copia de la misma. Mi archivo comenzó a crecer, al mismo ritmo que el tamaño de mi biblioteca especializada en genealogía y heráldica. Al principio, el espacio no fue un problema. Este llegaría más adelante. El problema lo tenía cuando quería enseñar a la familia mis progresos. Cada progreso requería rehacer los cuadros genealógicos, con la pérdida de tiempo que ello llevaba. Debía buscar una solución para ello, así que comencé a informatizar todos los datos.

Ponencia de Basauri. Capitulo 2


Internet. ¿Realmente tiene todo?

Para ese trabajo, arduo trabajo, de buscar la Historia aplicada a mi familia o, para ser más exactos, de incrustar a mi familia en la Historia, intenté utilizar todos los recursos posibles que estaban en mi alrededor. Uno de ellos, de moderna creación, fue Internet, un lugar en el que estaba todo el conocimiento del planeta. Esa era la idea, claro. El problema que tuve es que me acerqué a internet demasiado pronto. Y la verdad es que no encontré prácticamente ningún dato que mereciera la pena. Pero no todo fueron malas noticias.
No encontrar lo que buscas, no significa que lo que encuentras no sirve. Encontré mucha gente que me intentó ayudar. Lástima que no sabían cómo. Entre aquellas gentes que me encontré, me gustaría recordar a José Valladolid y a José Ramón Bernabéu. Ambos tenían sendas páginas web en las que daban información de los diferentes apellidos, su posible origen y un escudo de armas. También nombraban a algún personaje notable de la Historia con ese apellido y, de esa forma, el trabajo lo daban por completado. (Hoy es el día que, puede decirse que como homenaje a ellos, incluyo un apartado de ese tipo en mi web).
Otra persona que me encontré fue Guillermo Abarca. La web de este otro pionero de la genealogía en Internet fue la que en el fondo me abrió los ojos. Era, y sigue siendo, una web dedicada a su apellido. Simple pero eficaz. Además incorporaba algún dato general y el escudo de armas correspondiente. Fue la primera web genealógica que me encontré y, aunque me gustó, no me satisfizo del todo. El problema lo encontraba en que solo se centraba en su primer apellido. Y ¿qué pasa con el resto de apellidos? Desde el principio tuve claro que nunca me iba a centrar en mi primer apellido. Ni en el segundo. Todos mis antepasados eran igual de importantes, así que, tomando como lema ese grito de “O todos o ninguno”, decidí que el estudio debe abarcar todos los apellidos que aparecían en mi genealogía. En un principio conté 250. Ahí es nada. (En la actualidad pasan de los 750).
En aquellos años 90, ya a mediados, Internet era una herramienta potencial, no real. No había ningún tipo de Institución que hubiera insertado, y no digo digitalizado, algunos datos de sus archivos. Aunque sea el título, solamente. Nada, o al menos no lo encontré. Había que optar por el trabajo de campo por medio del trabajo artesanal de uno mismo.