miércoles, 21 de mayo de 2008

Ponencia de Basauri. Capitulo 5


De nuevo Internet

Una vez informatizada la inmensa mole de datos encontrados, surgen nuevos retos. Uno de ellos fue el de colocar dichos datos en Internet. En un primer momento pensé en la comodidad de tener los datos accesibles las 24 horas del día. Así la familia, y yo mismo, podría consultar los datos cuando y desde donde quisiera. Rápidamente me di de bruces con la realidad. El número de familiares con conexión a Internet era mínimo, casi nulo. Sin embargo, la idea ya la tenía en la cabeza, por lo que seguí en ello. Pensé en lo poco que encontré en la red, cuando empezaba con mi trabajo. Pensé que, aunque mis datos no eran muchos, podría ayudar a los que empezaban en este mundillo. Todo estaba decidido. Debía crear la una pagina web, con doble finalidad. Por un lado, publicar mis datos y, por el otro, echar una mano a los que la necesiten.
El primer atisbo de página de web me costó más de lo que pensaba, ya que hice absolutamente todo el trabajo, de diseño y programación. Así quedó. Sin embargo, me sorprendió el hecho de que en poco tiempo, comenzó a escribirme la gente pidiendo ayuda. En esos momentos recordaba mi frustración en mis primeros días por la red. Sentía un poco de solidaridad con toda esa gente que se encuentra perdida a la hora de buscar sus ancestros. Y no me atrevía a decir que no a cualquier petición que me realizaban. De esta forma, vi la necesidad de crear una sección de apellidos, en general, para que la gente encuentre, de una manera rápida, lo que buscaba. En realidad, la mayoría de la gente, que visitaba mi web, no buscaba ayuda para recavar datos genealógicos, sino solamente datos generales. La mayoría de ellos, solamente se conforma con el origen del apellido y su escudo. Mucho tiempo y energías gasté para hacer ver a mis visitantes que, esos datos generales, no tienen nada que ver con ellos. Vano intento. La mayor parte de la gente sólo quería un papel en el que ponga el origen de su apellido y un dibujito en forma de escudo. Da igual si era real o no.
He de reconocer que no todo el mundo se conforma con lo anteriormente comentado. Encontré gente muy estudiosa de su genealogía, de la que aprendí mucho. Hoy es el día que tengo una sección en mi web, en la que doy las gracias a todos los que me han ayudado desde el principio en mi andadura. De ese tipo de gente tengo un grato recuerdo, como Fernando Zurueta, que puso su granito de arena particular y Galo Gijón de Amirola, que me aportó muchos datos de apellidos compartidos. Y qué decir de Iñaki Odriozola que, de una manera totalmente desinteresada, se sumergió en mi genealogía para encontrar puntos de encuentro con la suya.

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