domingo, 24 de enero de 2010

El miedo en la genealogía o la genealogía injusta

A veces la genealogía me da miedo.
Si os digo la verdad, no tengo casi ninguna fecha de defunción de mis antepasados. No es que no me interese. Es que no tengo fuerzas para enfrentarme a los libros de defunciones.
Todavia suenan en mi cabeza las palabras del profesor Riskampf, hablando de sus anecdotas en sus muchos viajes e investigaciones. Contaba cómo, un día, se encontró a su mujer llorando frente a unos libros de defunciones. A la pregunta de ¿Por qué lloraba?, la respuesta fue: "Es que están todos muertos". En aquel momento, la sonrisa surgió en mi cara. No por lo "gracioso" de la anecdota. Era una defensa para no ponerme yo mismo a llorar en aquel momento.

A algún amigo le he contado algun hallazgo, truculento, ocurrido en mi familia, y encontrado con esto de la genealogía. Hallazgo que, con solo recordarlo me inunda los ojos de lágrimas. No estoy preparado para las defunciones. Mis parientes fallecieron hace siglos y lloro por ellos. A veces pienso que lo hago por si acaso no tuvieron a nadie que lo hiciera por ellos. A veces lloro por la viuda que queda a cargo de una inmensa prole, y sin recursos. Y creo que siempre lloro por mí. Por pensar si alguien llorará cuando ya no esté.
Y rezo para que no llegue el momento en que tenga que anotar en mi base de datos, la defunción de los que tengo cerca. Es el peor de los miedos. A veces pienso en lo que pasa por la cabeza, cuando tienes que anotar una defunción reciente. No la del tatarabuelo, encontrado en un archivo o la del abuelo que, por ley de vida, fallece con 95 años. Me refiero a la anotación del fallecimiento del padre, hermano o del hijo.

Tengo amigos que se han tenido que enfrentar a ese momento. Y creedme que no tengo valor ni de preguntarles lo que sintieron al anotar el dato. Más que nada por no hurgar en heridas que puede no cicatricen nunca. No sabes si el preguntar hará aflorar sentimientos que solamente interesan tener en privado. No me gustaría saciar mi curiosidad con la tristeza ajena. Solamente puedo animar a mis amigos y a sus familias a seguir adelante.

La Genealogía es injusta. Aflora mis debilidades. Y eso no me gusta.

1 comentario:

  1. Si, comprendo claramente lo que expresas. Ha de ser dificil enfrentarse a eso. Saludos, tienes un excelente blog.

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